
Las tarjetas de crédito son tarjetas de plástico que te permiten realizar compras y pagar de una manera flexible, ya sea de forma aplazada o fraccionada. Precisamente, se diferencian de las tarjetas de débito en eso, en que puedes pagar con ellas incluso si no dispones de fondos en tu cuenta bancaria. La tarjeta de débito, en cambio, exige que como mínimo tengas ese importe exacto en tu cuenta; si tus fondos no alcanzaran a cubrir el importe de la compra, la tarjeta no funcionaría.
El crédito de las tarjetas (de crédito) puede devolverse de una vez (son las tarjetas clásicas, que normalmente se cobran a final o principio de mes) o mediante un porcentaje o cuota fija (son las llamadas tarjetas revolving).
Las deudas por tarjetas de crédito revolving son muy comunes y suelen ser, en la actualidad, el origen de gran parte de las deudas de los particulares. Ello se debe a que este tipo de tarjetas permite la financiación de las compras como si se tratara de un crédito a plazos y sin necesidad de pagar todo de golpe. Sin embargo, el gran inconveniente ocurre cuando seguimos comprando con ellas y aumentamos el crédito dispuesto sin ser conscientes de que estamos generando una gran “bola de nieve” a un interés muy elevado: la deuda se convierte en una deuda infinita que no se rebaja a pesar ir atendiendo las cuotas mensualmente. Ante esta situación la salida es muy complicada y exigiría un pago o pagos elevados para ir cancelando deuda y acortar la generación de intereses. La Segunda Oportunidad también es aplicable a estos supuestos desesperantes en los que ya no hay marcha atrás y el interés ha superado al propio capital utilizado.
Los créditos al consumo son préstamos a medio o largo plazo que se conceden para financiar la adquisición de un producto de consumo o servicio; estos créditos cuentan con una regulación específica y la protección del deudor como consumidor.
En resumen, si eres titular tanto de tarjetas de crédito como de créditos al consumo y te ves incapaz de atender las cuotas periódicamente podrás acogerte a la Segunda Oportunidad para lograr que el Juez te perdone las deudas.